En la visión oficial de la construcción de nuestra sociedad occidental, uno de los pilares fundamentales ha sido el concepto de del bienestar de los ciudadanos, asociado este concepto a la libertad.
La libertad por su parte se ha relacionado también con la posibilidad de elegir, y es así cómo tener múltiples alternativas de elección se ha transformado en una necesidad.
Pero la pregunta que nos aparece a los profesionales de la salud mental y en los procesos terapéuticos en la siguiente: ¿realmente somos más felices si tenemos muchas opciones para elegir?
La respuesta, como todo el quehacer de chile psicologo parece ser, "depende".
Aparentemente no tener más que una opción nos hace sentir esclavizados, pero tener miles de ellas parece no se beneficioso, según la experiencia en tratamientos con el psicólogo online.
La gran cantidad de opciones para elegir en la sociedad actual la podemos ver en todo tipo de dominios, desde las compras del supermercado (un supermercado promedio ofrece más de 200 tipos de galletas), la ropa (es probable que elijas entre más de 50 tipos de pantalones), los seguros de salud y por supuesto, elegir la adecuada consulta psicológica o el lugar idóneo para realizar tu terapia de pareja.
Esto ha traído algunas consecuencias negativas para la salud mental, a continuación describiremos algunas, que han sido estudiadas y desarrolladas por Barry Schwartz.
Al tener un gran número de alternativas, nos cuenta mucho más tomar la decisión. En el primer paso de la toma de decisión, las personas actualmente debemos invertir más tiempo y esfuerzo. Si tengo que comprar un par de zapatillas y en el celular me aparecen 100 alternativas dentro de mi presupuesto, por supuesto que debo tomar más tiempo para intentar elegir "la adecuada para mí".
Al tomar una decisión entre tantas opciones, es menos probable que quedemos satisfechos con lo que elegimos. Hay una pregunta que nos persigue cada vez que decidimos dentro de muchas alternativas: ¿habiendo habido tantas alternativas, no me habré equivocado, debí haber elegido otra opción? Esta pregunta incluso puede llegar a escucharse a propósito de las parejas, ¿habré elegido él o la adecuada dentro de infinitas posibilidades?
Al tener demasiadas alternativas, nuestras expectativas aumentan. Es común pensar que dentro de 100 opciones de zapatillas debe estar la que es "perfecta" para nosotros. Este aumento en las expectativas hace mucho más probable que nos decepcionemos de lo que obtenemos, porque finalmente es demasiado complejo cumplir expectativas cercanas a la perfección, es más bien imposible.
Por último, es esperable entonces que aparezca más frecuentemente la sensación de culpa por lo que percibimos como un error. "No fui capaz de elegir el almuerzo perfecto dentro de 20 opciones." Al realizar esta atribución sobre una expectativa no cumplida, nos atacamos a nosotros mismos y nos enjuiciamos.
Ahora bien, el tema de la elección no solo está relacionado con el tema de las expectativas, sino también con el tema de la renuncia. Aparentemente nos cuesta mucho renunciar a aquello que no elegimos, y de alguna u otra forma tenemos la ilusión de que lo pudimos haber hecho de una forma diferente, o "mejor"
En realidad es poco probable que lo pudiésemos haber hecho "mejor", ya que probablemente estas mismas sensaciones hubiesen aparecido al elegir la otra alternativa. Lo que nos serviría para mantener unas sensaciones más positivas en el cotidiano es manejar las expectativas (no vamos a elegir algo que sea perfecto para nosotros porque eso probablemente no exista) y realizar la renuncia sobre lo que no se eligió.
