Salud Mental de Precisión: El Futuro de los Tratamientos Personalizados
- Eduardo Schilling
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Un nuevo paradigma en psicología clínica
La psicología clínica ha recorrido un largo camino en la búsqueda de tratamientos efectivos para los trastornos mentales. Sin embargo, aún persiste un desafío crítico: muchas personas no responden a los tratamientos estándar. Por ejemplo, casi un tercio de los adultos con trastorno depresivo mayor no mejoran con al menos dos antidepresivos diferentes, y cerca del 50% de quienes padecen trastorno de ansiedad generalizada no experimentan alivio con los tratamientos de primera línea (Zhdanava et al., 2021; Ansara, 2020).

Ante este panorama, surge con fuerza un nuevo enfoque: la salud mental de precisión, una rama emergente que aplica conocimientos avanzados en neurociencia, genética, inteligencia artificial y comportamiento para ofrecer tratamientos individualizados, mejorando significativamente la eficacia terapéutica y reduciendo los tiempos de prueba y error.
¿Qué es la salud mental de precisión?
Inspirada en modelos similares utilizados en oncología y cardiología, la salud mental de precisión parte del principio de que cada paciente es único. Su diagnóstico, síntomas, respuestas emocionales y perfil biológico no pueden tratarse de manera homogénea. Este enfoque recopila y analiza información sobre el cerebro, los genes, el ambiente, el estilo de vida y la historia clínica de una persona, con el fin de predecir qué tipo de tratamiento funcionará mejor.
"Si pudiéramos saber de antemano quién responderá a una psicoterapia o a una medicación, podríamos evitar la larga odisea de tratamientos fallidos", señala el Dr. Jordan Smoller, director del Center for Precision Psychiatry del Hospital General de Massachusetts.
En esta línea, el uso de herramientas digitales y algoritmos inteligentes ha sido tema central en nuestro artículo: Psicoterapia: Entre la Empatía Humana y la Precisión de la IA, donde exploramos cómo las nuevas tecnologías pueden complementar, pero nunca reemplazar, la relación terapéutica humana.
El cerebro como guía terapéutica: los “biotipos” de depresión
Uno de los avances más prometedores proviene del análisis de la actividad cerebral mediante imágenes funcionales por resonancia magnética (fMRI). La Dra. Leanne Williams, de la Universidad de Stanford, ha identificado al menos seis biotipos distintos de depresión, cada uno asociado con un patrón único de disfunción en los circuitos cerebrales (Nature Medicine, 2024).
Algunos ejemplos destacados:
Biotipo del modo hiperactivo por defecto : relacionado con pensamientos repetitivos sobre el pasado o el futuro. Este grupo tiende a beneficiarse especialmente de la terapia cognitivo-conductual (TCC), que entrena al paciente a redirigir la atención de manera más adaptativa.
Biotipo con bajo nivel de afecto positivo: se manifiesta como embotamiento emocional y anhedonia. Estos pacientes suelen no responder a antidepresivos comunes, pero muestran mejoras notables con tratamientos dirigidos a la activación de circuitos de recompensa, como ciertos fármacos dopaminérgicos.
Biotipo con disfunción en el control cognitivo: quienes lo presentan pueden experimentar "niebla mental" y dificultades ejecutivas. En estos casos, la estimulación magnética transcraneal (TMS) ha demostrado ser una alternativa eficaz, activando regiones cerebrales subactivadas relacionadas con el enfoque y la planificación.
Este enfoque encuentra un eco interesante en investigaciones como las que analizamos en el artículo El lenguaje como ventana al futuro: predicción temprana del Alzheimer a través del análisis lingüístico, donde el análisis del comportamiento cognitivo y lingüístico también permite anticipar patrones cerebrales.
Prevención basada en datos: una revolución silenciosa
La salud mental de precisión no solo mejora el tratamiento, sino que abre la puerta a la prevención personalizada. Por ejemplo, investigadores de la Universidad de California, Los Ángeles, han identificado marcadores genéticos que predicen un mayor riesgo de desarrollar esquizofrenia. Con esta información, es posible ofrecer intervenciones psicosociales tempranas —como terapia familiar o TCC— antes de que aparezca la sintomatología clínica completa.
Asimismo, otras líneas de investigación utilizan tecnología para enseñar a adolescentes con historial de ansiedad o depresión a autorregular su actividad cerebral a través de ejercicios de mindfulness, visualizando sus efectos en tiempo real mediante escáneres cerebrales. Este enfoque se alinea con lo discutido en Adolescentes y Compañeros de IA: ¿Conexión o Aislamiento Digital?, donde destacamos cómo el uso de tecnología debe orientarse hacia la conexión auténtica y el fortalecimiento del bienestar emocional.
Inteligencia artificial en apoyo a las decisiones clínicas
Uno de los grandes retos de la salud mental es la variabilidad en la respuesta a los tratamientos. Para abordarlo, se están desarrollando modelos de machine learning que integran datos de miles de pacientes para recomendar tratamientos personalizados.
Este tipo de herramientas plantea interrogantes éticos y clínicos ya discutidos en el artículo Por qué ChatGPT no debería ser tu terapeuta, donde recordamos que la IA debe ser un complemento clínico, no un sustituto del trabajo terapéutico humano.
La integración de estas tecnologías también se encuentra en evolución dentro del modelo blended, como explicamos en Convergencia Digital en la Salud Mental: Explorando el Modelo Blended de Terapia y Aplicaciones Tecnológicas, combinando sesiones presenciales con herramientas digitales de apoyo.
Estilo de vida, genética y prevención personalizada
Más allá de lo farmacológico y lo tecnológico, la salud mental de precisión también incluye factores conductuales. Un estudio con más de 100.000 personas en el Reino Unido reveló que ciertas acciones —como mantener redes sociales de apoyo, reducir el tiempo frente a pantallas y regular el sueño diurno— pueden disminuir el riesgo de depresión, incluso en individuos con predisposición genética o antecedentes de trauma.
Este hallazgo conecta con los temas abordados en ¿Cómo afecta el uso del smartphone a nuestro bienestar diario?, donde destacamos el impacto de los hábitos digitales en el estado de ánimo, y también con Más Allá de la Consulta: Prediciendo la Depresión con Datos de Smartphones, que explora cómo la tecnología puede servir para anticipar signos de alerta.
Además, la práctica regular de ejercicio físico —incluso caminatas o yoga— se ha asociado con una reducción significativa del riesgo depresivo, algo que también comentamos en Revolución en la Salud Mental: El Potencial de los Wearables con IA, donde analizamos cómo los dispositivos inteligentes pueden actuar como aliados en el autocuidado emocional.
¿Estamos cerca de una nueva era?
Aunque muchas de estas técnicas aún están en fase de investigación, los resultados son alentadores. Expertos como el Dr. Conor Liston, de Weill Cornell Medicine, están trabajando para crear herramientas clínicas que combinen información de escáneres cerebrales, escalas de evaluación y síntomas, con el fin de ofrecer subtipos diagnósticos más precisos y predicciones terapéuticas confiables.
"Tal como un cardiólogo ordena un EKG o análisis de sangre, el futuro de la salud mental está en incorporar herramientas objetivas para guiar el tratamiento", afirma Liston.
Este enfoque se enmarca dentro de un ecosistema más amplio de transformación digital en salud mental, que exploramos en profundidad en Cómo la Inteligencia Artificial Está Transformando el Apoyo a la Salud Mental y Entre Datos y Diálogos: Tecnología en la Práctica Psicológica Moderna.
Este artículo ha sido desarrollado a partir del reportaje publicado por la American Psychological Association en su revista Monitor on Psychology (septiembre de 2025), titulado "Personalized mental health care", el cual explora los avances recientes en salud mental de precisión y su impacto en la práctica clínica. Agradecemos la valiosa labor de difusión científica que permite acercar estos desarrollos innovadores a profesionales y usuarios interesados en una atención psicológica basada en evidencia.
Reflexión final
La salud mental de precisión representa un cambio de paradigma necesario. No se trata solo de incorporar tecnología, sino de reafirmar un principio ético fundamental: cada persona merece una atención adaptada a su realidad única. En el Centro Ps. Eduardo Schilling, nos comprometemos con este enfoque, integrando la mejor evidencia disponible con una mirada clínica individualizada y humana.
Estamos convencidos de que el futuro de la psicología está en comprender profundamente a cada persona para guiarla hacia su bienestar, no solo con empatía, sino también con precisión.